Los
Ojos
Los seres humanos, al igual que muchos otros animales y seres vivos, tenemos tejidos y órganos especializados que tienen como objetivo percibir el mundo que nos rodea. Ejemplo de esto es el ojo, caracterizado por ser un órgano sensorial que reacciona a la luz visible y permite a los humanos utilizar información visual para diversos fines. Está compuesto por varias capas y estructuras anatómicas, como la córnea, el iris, el cristalino y la retina.
La córnea es la capa transparente en la parte frontal del ojo que permite enfocar la luz que ingresa. El iris es la parte coloreada del ojo que controla la cantidad de luz que entra al ajustar el tamaño de la pupila. El cristalino es una lente flexible que se encuentra detrás del iris y se encarga de enfocar la luz en la retina.
La retina es la capa sensible a la luz en la parte posterior del ojo que contiene células fotorreceptoras llamadas conos y bastones. Los conos son responsables de la visión en color y la percepción de detalles finos, mientras que los bastones son responsables de la visión en blanco y negro y la percepción de la luz tenue.
Además de las estructuras propias del ojo, este tiene seis músculos extraoculares que permiten movimientos precisos y coordinados, lo que le confiere la capacidad de movimiento en diferentes direcciones permitiendo explorar con mayor detalle el entorno visual.
Por otra parte la visión binocular (tener dos ojos), permite tener una percepción de profundidad y distancia. La distancia nos ayuda a diferenciar un objeto de otro, mientras que la profundidad aunada con la distancia permite que observemos figuras en varias dimensiones.