La visión es un sentido crucial para la supervivencia y la evolución de los seres vivos, incluyendo los humanos.

La vía visual involucra complejos procesos fisiológicos que comienzan en el ojo y la retina, continúan a través del nervio óptico y son procesados en distintas partes del cerebro para interpretar la información visual.

La importancia de la visión ha sido reconocida a lo largo de la historia de la humanidad. Ejemplo de ello es el filosofo Platón, que utilizó la analogía de la “caverna” para describir cómo nuestra percepción visual limitada puede afectar nuestra comprensión del mundo. En la Edad Media, Santo Tomás de Aquino discutió la relación entre los sentidos y la percepción en su obra Summa Theologica, donde coloca a la visión como el más elevado de todos los sentidos.

En la era moderna, la visión ha sido estudiada desde una perspectiva científica, incluyendo la investigación en la psicología y la neurociencia. Aunque la visión humana es impresionante en términos de su alcance y complejidad, también es susceptible a ilusiones ópticas y percepciones erróneas.

La visión es un sentido esencial para los humanos y ha sido objeto de interés filosófico y científico a lo largo de la historia. La comprensión de la fisiología de la vía visual ha mejorado nuestra comprensión de cómo percibimos el mundo que nos rodea, ha mejorado los tratamientos disponibles para el funcionamiento de las enfermedades que afectan este sistema y ha permitido el desarrollo de avances tecnológicos como la visión artificial y la realidad virtual.